Está comprobado que para tener una experiencia gastronómica memorable debemos utilizar todos nuestros sentidos, ya que en la lengua sólo podemos saborear los 5 sabores básicos (dulce, amargo, ácido, salado y umami).
Todo lo que digerimos está influenciado tanto de nuestra nariz como nuestra boca, de hecho, investigaciones han demostrado que los demás sentidos como la vista, el oído, el tacto y el olfato también influyen en lo que probamos.